viernes, 14 de agosto de 2020

Cualquier tiempo pasado fue peor

 

Confieso mi animadversión desde siempre al refranero. Me parece un compendio de saberes rastreros, pedestres, conformistas y reaccionarios en su mayoría. Una forma también de ahorrarse pensar lo que se dice, que es en lo que consiste la verdadera libertad de expresión, para sustituirlo por una frase hecha. No hay más que darles la vuelta a muchas para comprobarlo y ver que mejoran: cualquier tiempo pasado fue peor, por ejemplo. En esta época pandémica es bueno olvidar las tediosas noticias aupadas a las estadísticas y leer lo que pasaba hace siglos. Y nada mejor que centrarse en el desventurado y catastrófico siglo XIV en Europa de la mano de la extraordinaria historiadora Barbara Thuchman que en Un espejo lejano realizó la biografía de una centuria en la que se aunaron la peste negra —o bubónica, transmitida por las pulgas de las ratas grises, Rattus rattus, de los barcos, pero también, como nuestro covid actual por el aire, de manera que los de aquel tiempo que hablaban de las pestilencias del aire no carecían de razón—, el hambre endémica, la guerra de los cien años, las revueltas de los campesinos y artesanos, de los gremios, de los siervos de la gleba, del abuso de los nobles, de la estulticia de los reyes y de los papas, a veces tres a la vez, dos en la Francia de Aviñón y otro en la Roma devastada donde pastaban los rebaños de ovejas entre ruinas antiguas y recientes y donde los estados pontificios eran codiciados por toscanos, lombardos, franceses y emperadores centroeuropeos. Menuda Europa.

Las modas van y vienen, las faldas se acortan y los corpiños se alzan para mostrar las tetas o las calzas de los hombres de ajustan para mostrar la belleza de las piernas. Pero lo esencial de los humanos, esa mezcla inarmónica de ángeles y diablos, permanece. Y los chalecos amarillos entonces se llamaban jacqueries. La jacquerie fue una sublevación campesina ante los desmanes de sus señores, los nobles. No es cuestión de pormenorizar aquí las condiciones de vida del campesino medieval francés siempre al borde de la inanición. Pero se hartaron, cogieron sus horcas y cuchillos, hachas y alguna espada oxidada de las campañas de sus abuelos y aterrorizaron durante algunos meses a los propietarios aristócratas. Muchos de ellos además recibieron el apoyo de las ciudades. Pero claro, cuando las mesnadas profesionales de unos nobles que habían hecho de la guerra su única actividad profesional, se enfrentaron por fin decididamente a ellos los destrozaron y las represalias fueron terribles.

Sí, ya sé que los chalecos amarillos no queman, asaltan y violan, pero sus insatisfacciones parten de un clima similar, el de que jamás el poder real les escucha. No se puede extrapolar seis o siete siglos de diferencia, pero se pueden percibir las similitudes. La peste negra no era el covid 19 (de hecho era peor, porque se transmitía por la sangre a través de la picadura de las pulgas y por el aire a través del aliento de los contagiados), pero si esta pandemia actual hubiera sucedido en otra época con menos recursos científicos y sociales probablemente hubiera hecho desaparecer al treinta por ciento de la población mundial. Aún así, mírese lo que están consiguiendo los bolsonaros y trumps actuales. Y algunas imágenes de la represión de las protestas ciudadanas en la Bielorrusia actual por parte de una policía al servicio de los déspotas no tendría demasiado que envidiar a las cargas de los caballeros armados contra los campesinos de Gascuña.

Como dijo Woody Allen, esa víctima condenada sin juicio por  el fanatismo Me Too gracias a las manipulaciones de una demente vengativa como Mia Farrow, ser misántropo tiene su lado bueno: la gente nunca te desilusiona.

 

3 comentarios:

  1. Fragmento de "Eloisa está debajo del almendro", de E. Jardiel Poncela:

    SEÑORA- Es lo que yo digo: que hay gente muy mala por el mundo...
    AMIGO- Muy mala, señora Gregoria.
    SEÑORA- Y que a perro flaco to son pulgas.
    AMIGO- También.
    MARIDO- Pero, al fin y al cabo, no hay mal que cien años dure, ¿no cree usté?
    AMIGO- Eso, desde luego. Como que después de un día viene otro, y Dios aprieta, pero no ahoga.
    MARIDO- ¡Ahí le duele! Claro que agua pasá no mueve molino, pero yo me asocié con el Melecio por aquello de que más ven cuatro ojos que dos y porque lo que uno no piensa se le ocurre al otro. Pero de casta le viene al galgo ser rabilargo: el padre de Melecio siempre ha sido de los de quítate tú pa ponerme yo, y de tal palo tal astilla, y genio y figura hasta la sepultura. Total: que el tal Melecio empezó a asomar la oreja, y yo a darme cuenta, porque por el humo se sabe dónde está el fuego.
    AMIGO-Que lo que ca uno vale a la cara le sale.
    SEÑORA- Y que antes se pilla a un embustero que a un cojo.
    MARIDO- Eso es. Y como no hay que olvidar que de fuera vendrá quien de casa te echará, yo me dije digo: "Hasta aquí hemos llegao; se acabó lo que se daba; tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe; ca uno en su casa y Dios en la de tos; y a mal tiempo buena cara y pa luego es tarde, que reirá mejor el que ría el último".
    SEÑORA- Y los malos ratos pásalos pronto.
    MARIDO- ¡Cabal! Conque le abordé al Melecio porque los hombres hablando se entienden, y le dije: "Las cosas claras y el chocolate espeso; esto pasa de castaño oscuro, así que cruz y raya y tu por un lao y yo por otro; ahí te quedas, mundo amargo, y si te he visto no me acuerdo". ¿Y qué le parece que hizo él?
    AMIGO- ¿El qué?
    MARIDO- Pues contestarme con un refrán.
    AMIGO- ¿Que le contestó a usté con un refrán?
    SEÑORA- ¡¡ Con un refrán, señor Eloy !!
    AMIGO- ¡Ay, qué tío más cínico!
    MARIDO- ¿Qué le parece?
    SEÑORA- ¿Será sinvergüenza?
    AMIGO- Hombre, ese tío es un canalla capaz de tó."

    Ahi te dejo lo que opinaba Enriquito del refranero

    Chofer fantasma

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  2. Sin duda, pero hay quien quiere convencer (o, peor, convencerse) de que ahora se viven tiempos particularmente nefastos, dando a entender además que quienes nacieron durante la Segunda Guerra Mundial no pueden entenderlo. Hay gente de la que uno no quisiera saber si son tontos o se lo hacen.

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía