lunes, 27 de marzo de 2017

DINERO GRATIS PARA TODOS




El dinero es mejor que la pobreza aunque sólo sea por razones económicas. WOODY ALLEN
Así, cuando miro esas repúblicas que hoy día florecen por todas partes, no veo en ellas - ¡Dios me perdone! - sino la conjura de los ricos para procurarse sus propias comodidades en nombre de la república. Imaginan e inventan toda suerte de artificios para conservar, sin miedo a perderlas, todas las cosas de que se han apropiado con malas artes, y también para abusar de los pobres pagándoles por su trabajo tan poco dinero como pueden. Y cuando los ricos han decretado que tales invenciones se lleven a efecto en beneficio de la comunidad, es decir, también de los pobres, enseguida se convierten en leyes. UTOPIA. TOMAS MORO

Decía Oscar Wilde que el progreso es la realización de utopías, y añadía que ningún mapa del mundo está completo ni merece ser consultado si no incluye la famosa isla de Moro. En su contra Utopía tiene la responsabilidad de haber generado las más terribles sectas fanáticas, sobre todo en el pasado siglo en forma de fascismos, nazismos y comunismos. El problema a mi juicio es estrictamente filosófico y radica en resolver qué significa realmente vivir bien. Eso implica reivindicar la verdadera y vieja sabiduría; la aplicación del conocimiento a la propia vida; esto es, valorar los fines por encima de los medios, aunque estos sean la democracia o incluso la libertad (que también convendría definir). La única forma de que el presente sea aún más sombrío que como lo presentan las noticias es que no alberguemos la esperanza de mejorarlo. Entonces probablemente descubramos que no es una utopía lista y acabada (prêt-à-porter como las de los fanáticos del pasado siglo) lo que necesitamos, sino más simplemente un mundo donde la imaginación y la esperanza sigan activos.

Una de las utopías que han surgido últimamente y que me gusta es la de la Renta Básica Universal (la escribo así, con mayúsculas, porque creo que lo merece más que, por ejemplo, la frústrante e inane Organización de Naciones Unidas). Entiendo por tal dinero gratis para todo el mundo (una idea que, por cierto, ya estaba en la Utopía de Tomas Moro), una suerte de vía capitalista al comunismo y no restringida a países ricos o a franjas de edad, sino auténticamente universal. Creo que es factible y mucho menos onerosa que los gastos que devienen de la pobreza, mucho menos paternalista que los hogares sociales o las limosnas, y mucho menos contraindicada que los supuestos temores de holganza o dependencias. Estoy dispuesto a discutirlo, aunque, vistos los escasos comentarios en acusado descenso que voy teniendo, no creo que se produzca ningún debate aquí.

Al igual que la despenalización de las drogas desde la absoluta evidencia de que es su prohibición la que genera la inmensa mayoría de los problemas de salud y delincuencia, este sueño no puede implantarse de buenas  a primeras sin una cuidadosa planificación, estudios previos y ensayos locales con retroalimentación para corregir defectos, pues lo contrario sería probablemente desastroso. Hay que comenzar las utopias sin bolchevismos, con dimensiones modestas y cambiando el mundo lentamente (aunque luego los cambios nunca son tan lentos; digamos que apostamos por la evolución, no por la revolución). Ya se hizo hace unos años un experimento de esta naturaleza con 13 vagabundos en Londres a los que un equipo de investigadores les suministró 3.000 libras sin preguntas. Fue un éxito, rentable económicamente (sí, rentable comparado con los gastos de los servicios sociales ahorrados), que los pobres, contradiciendo la idea de que no saben administrase o que derrochan, superaron. Pero es muy difícil cambiar repentinamente la manera de abordar problemas (aparte de los intereses creados por abordarlos de la forma convencional), que exigen modos de hablar y de pensar diferentes. Y es que la pobreza sale muy cara si echamos bien las cuentas.


8 comentarios:

  1. A mí también me parece interesante y espero que salgan resultados positivos...

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  2. Es un asunto que lleva varios años debatiéndose con bastante intensidad, aunque no interesa que trascienda demasiado. En todo caso, yendo a propuestas prácticas e implantables a corto plazo, más que la renta básica me convence el trabajo garantizado, propuesta que hizo Izquierda Unida antes de ser absorbida por Podemos.

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    1. A mí no me lo parece. El trabajo, sobre todo el trabajo no alienante ni rutinario, es un “bien” mucho más escaso —y lo será más en el futuro— que el mal repartido dinero

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    2. No te lo parece, ¿qué? Supongo que conoces la propuesta de "trabajo garantizado". Lo que planteaba IU era que el sector público garantizara una serie de servicios que normalmente no cubre el mercado (o los cubre a precios inasequibles para quienes los necesitan). No es para el futuro, podría implantarse ahora mismo (de hecho, era una propuesta cuantificada para las penúltimas elecciones).

      En todo caso, como ya te dije, hubo largas y bien argumentadas discusiones al respecto conforntando ambas opciones.

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    3. No me parece que la propuesta del trabajo garantizado pueda sustituir a la de la renta basica. Ni me parece tan interesante.

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  3. Completamente de acuerdo con que es una utopía interesante. Pero no me gusta la palabra utopía, I’m sorry Oscar, ya está demasiado contaminada de sueños húmedos troskos y de fascismos unanimistas, propongo: un plan para el camino.
    La razón es ética, pero fundamentalmente de supervivencia, como fue el estado de bienestar al final de la segunda guerra, o la transformación de Paris en el gobierno de Napoleón IIL En un mundo donde las actividades primarias e industriales no usan más gente, los servicios son la única actividad posible. Servicios de calidad a precios accesibles exigen que todos seamos consumidores y productores. Lo contrario se puede asemejar un campo donde la mitad de los jornaleros sean encerrados en jaulas mientras la otra mitad ara, trilla y hace fogones. Una estupidez.
    Veamos antecedentes, la santa madre Wikipedia dice sobre los impuestos negativos a la renta: “En economía, el impuesto negativo sobre la renta (INR) es un método de reforma fiscal propuesto por primera vez por el economista francés Augustin Cournot en 1838, desarrollado por Juliet Rhys-Williams en la década de 1940, por Milton Friedman en 1962 y en mayor profundidad por James Tobin en 1965, ..”.
    En muchos lugares el ingreso mínimo está de todas maneras asegurado, pero en forma de subsidios en servicios. Una manera para implementar el ingreso universal mínimo sería reemplazar de manera gradual la provisión de servicios sociales (salud, educación, etc. ) por el pago en efectivo los gastos en los que se incurrió. Como hay pagos a personas físicas concretas, se puede hacer una calibración fina del monto de ayuda social.
    Veamos un ejemplo que pasa en mi país: hay escuelas pagadas por fondos públicas y pagadas privadamente, y de ambos tipos hay buenas y malas. Ahora, las públicas tienen mucho más ausentismo del personal, peor infraestructura edilicia y reciben los estudiantes más desfavorecidos pues la provisión de servicios públicos no necesita competir por los alumnos.
    Si fueran todas privadas, una escuela mala se quedaría sin ingresos y saldría del mercado, y si el costo de la escuela fuera pagado total o parcialmente por el estado, el costo para el que disfruta del servicio es el mismo.

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    1. Estoy bastante de acuerdo. Además tu comentario va en el sentido de mi siguiente post.

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía