Queridos, improbabilísimos lectores, ¿estáis ahí, al otro
lado de la Pantalla, como Alicia al otro lado del espejo de Lewis Carroll?
Bueno, no pienso felicitaros en estas falseadas fiestas, apropiadas por una
religión que, como su Dios, es fiel reflejo de la crueldad de sus creyentes. El
Sol Quieto, el Sol-sticio, es el décimo mes, dic-iembre como marzo fue el
primero, sept.iembre el séptimo, oct-ubre el octavo, etcétera.
Pero no es mal momento, este del solsticio de invierno,
cuando el año comenzará a renacer y antes de que los horarios arbitrarios vuelvan
a usurpar la naturaleza del calendario, para anunciaros que he renunciado al
muy vulgar oficio de bloguero, ya casi en desuso, por el de augur. Sin apenas
competencia, porque los tertulianos no hacen sacrificios propiciatorios ni leen
entrañas ni observan el vuelo de las aves ni atienden a otra cosa que no sea
sus inanes repeticiones más o menos devotas, más o menos enojadas, me he
nombrado Supremo Maestro del Colegio de Augures, que Cayo Julio César me
disculpe. Para celebrarlo he solicitado una reunión con la Señora Directora del
Colegio de Vírgenes Vestales, que no me ha contestado, no sé si porque está
demasiado empoderada en estos jubilosos tiempos tan equitativos del MeeToo o
porque, dicen malas lenguas, ha convertido el antaño prestigioso órgano colegiado en
un servicio de señoritas de compañía y yo no estoy dispuesto a pagar un precio
por lo que vale tanto y sólo el necio, como sabéis, confunde valor y precio, y
así lo juro solemnemente sobre el último tocho de más de mil páginas del
valeroso paladín Tomas Piketty.
En cualquier caso, me tomo muy en serio mi nuevo propósito y
ya que habéis decidido elegir esta época de largas noches y consumo desaforado
para inaugurar y año bisiesto aunque no capicúa, os voy a dar razón y noticias
de lo que sucede, porque lo que vaya a suceder es otro asunto bien distinto. Desde
luego, no vais a dejar de fumar si es que fumáis, ni vais a ir al gimnasio si
es que os habéis apuntado aprovechando esas ofertas tan absurdas, y no, no vais
a dejar de lado unas opiniones que consideráis vuestras, aunque son de otros y ni siquiera de ellos. Vuestros son
vuestros michelines y vuestros pulmones renegridos. Nada más, ni nada menos. Pido
pues la paz y la palabra, como el bueno de Blas de Otero.
Primero he sacrificado un ganso, blanco y gritón, no quería
morir y presentía mi cuchillo, ante el altar de Júpiter Capitolino
(aprovechando un vuelo low cost). Tenía maculaciones en el corazón y en el
hígado y una hernia en el diafragma. Mal asunto. Así que a continuación he
sacrificado un gallo de hermoso plumaje bankiwa tan gritón como el ganso y aún
más bonito. Condición deplorable que no hacía prever su magnífico aspecto
externo: riñón desplazado, hígado abultado y amarillento. Muy mala cosa.
También he observado el vuelo de un águila con mis prismáticos Swarosky de
10X40, una de mis posesiones más preciadas. Se trataba de un ratonero común
(hoy no tan comunes por desgracia), un Buteo,
no una deseable Real (Aquila chrisaetos).
Desde tres millas al norte del Monte Soracto la he seguido hasta el límite de
mi visión sobre Tívoli. El ave se mostraba indecisa, lamento decir, al
aproximarse a la ciudad, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta la boina
de humos que la recibía. No he oído truenos.
Así pues esto es lo que sé con mejor certeza que la de
muchos: habrá nuevo gobierno y decepcionará a los que no estaban decepcionados
de antemano. No habrá República Catalana, y eso será una buena noticia para
algunos o muchos, pero tampoco habrá Republica Española, la Tercera si no me
fallan las cuentas y eso también es mala noticia para muchos, desde luego para
mí. España seguirá llamándose España , pero muchos la seguirán llamando Estado Español
y tendrá los mismos límites aproximados
que el año anterior, al norte seguirá siendo más verde y al sur más amarilla,
azul con diversos tonos por los bordes salvo en Portugal que será como era,
discreto y envidiable. España seguirá igual de mal y de bien, aunque lo que he
llamado límites son más bien obsoletas fronteras, porque sus límites reales seguirán
siendo la codicia y la ignorancia, mientras que la educación, único remedio
expansivo, seguirá emigrada al sur y al norte, desde Finlandia al Sahel. Con el
gobierno que sus ciudadanos de merecen.
Sí, exacto, siento ser tan pesimista, pero es lo que hay y
además el ganso y el gallo estaban putrefactos y el ratonero volaba como una
cometa indecisa. Así que, ciudadanos, aplicaros a mejorar vosotros mismos, que
buena falta nos hace. Yo seguiré procurando envejecer con dignidad que, dada la
inexorable decrepitud, es como intentar subir por una escalera mecánica de
bajada. Feliz año, ¿nuevo? dentro de lo que cabe.
Que es milagro
ResponderEliminarQue es milagro,
que es milagro digo, que nos pase.
Que nos nazca un hijo de Dios.
Que sea Dios también y que aparezca
justo en la fecha que celebramos
al árbol.
Que era roble y hoy abeto.
Y que nazca en un pesebre
cerca del mismo árbol
donde colgamos regalos
celebrando la promesa de los frutos
en la primavera boreal.
A nosotros, tan australes.
Que Santa Claus y Père Noël
se vistan de rojo, imitando,
a un afiche publicitario.
Es milagro,
Que la superstición sea,
la costumbre que perdimos.
Y que la tradición vuelva
por ser la virtud que necesitamos.
¿Como podré expresar?
El escepticismo es tan honesto
como la suave emoción.
Si ambas cosas tan ciertas
y nosotros tan limitados.
Muy bueno, Chófer
EliminarFeliz año para ti también. Seguiremos leyéndote cuando actualices. Supongo que es el único buen augurio de la entrada...
ResponderEliminarGracias
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