Dictaduras avaladas por las urnas, réquiems por imperios
difuntos, autodeterminación de privilegiados que van de oprimidos, el rap de
los consentidos; noches más viejas que nuevos los años; follar aunque no se
acabe el mundo; guerras de más de treinta años; robinsones en sus islas
infinitas; las redes sociales como patios de colegios llenos de niños mal-vados
y mal-educados; expresiones anticuadas (ilustrado a todo color) que en inglés
suenan mejor; ciudades princesas y ciudades madrastras, ciudades decorados y ciudades
parques de atracciones; borrachos agarrados a sus farolas, verdaderas parejas…
estables; canciones del corazón (sólo hay esas y los himnos de guerra); leer
Lolita en Teherán ( o leer el Financial Times en la cola del paro); la tribu
motsuo al amparo de la chorrera de Mojonavalle que forma el arroyo del Sestil
de Maíllo apenas a cincuenta kilómetros de la Puerta del Sol; las imprentas de
la patria perdida; la melancolía de la resistencia; la exedra de Alfonso XII
del Parque del Retiro; dudar si es peor el polvo o el barro (me refiero a
llevar una caravana hacia Oregón), que te den, o sea, que te den la bienvenida
en Montparnase; el undevel de los galgueros calés del Rastro madrileño (de oro
y plata); el mal querer; Orígenes contra Celso y siglos después a ver quién
gana; la otra Formosa y la Ría de Olhao llena de caballitos de mar (los machos
aparentan dar a luz); mataderos rehabilitados para que modernos se luzcan y turistas
alemanas gordas vayan con esas zancadas y miradas panorámicas de mirar todo
alrededor; regajo, boruja y pamplina, que son lo mismo y en ensalada; ante un
niño extiendo los dos puños cerrados y le digo que elija la plaza o la torre,
la libertad o la seguridad; apóstoles y asesinos en el mismo terrorista;
despegando la sombra del suelo ( y no soy ni aviador ni Peter Pan); un pintor
aragonés y converso que en el siglo XV pintaba robots disfrazados de demonios;
parte de este tejo (Taxus baccata) es
un hombre que mi abuelo conocía; se puede falsificar la realidad siendo
ecologista, siendo feminista, siendo progresista, en fin, siendo buena persona;
los recuerdos siempre se inventan; se puede negar la muerte o se puede escribir
y dibujar un atlas de malas hierbas, lo segundo es más útil que lo primero,
pero ambas cosas son inexactas; el incendio más barato, el más espectacular, se
da todos los días a la caída de la tarde hacia el oeste; todo idilio es tóxico,
el whisky de malta también y está riquísimo; el periodista y el asesino son muy
complementarios, diría que se necesitan mutuamente; la eternidad de un día y la
fugacidad de la vida; es sencillo: la vida es corta, pero los minutos largos; la
madre noche y la cueva de los sueños olvidados (Herzog mediante); es
medianoche, la lluvia azota los cristales, qué va, no es medianoche y no
llueve; manual del distraído para dejarse olvidada la enfermedad crónica
en el ambulatorio; elegir la versión de la realidad que mejor se acomode a
nuestros prejuicios, tener una ideología, votar a un partido; no confundir la
mimesis con el paragone (grave error); hablar como un cirujano con otros
especuladores:“tengo una operación en marcha…”; en lugar de eunuco, siempre
algo faltón, referirse al palito que sostiene la endeble plantita como
rodrigón; y no olvidemos los inacabables ojos de los gatos ni a esa mujer que
no sé qué coño ha visto en mí. Aquí no hay versos ni esto es un poema, pero
está lleno de puntos y comas; para que digan que no sirven para nada.
Muy bueno.
ResponderEliminarValeriano
Gracias
EliminarHay quien recomienda que, en el caso de que un político diga disparates sin concierto, lo mejor es ignorarlo, porque intentar desmentirlo sólo logra que quede en la memoria pública el disparate dicho. Lo he recordado por el hecho de que enlazas muchos temas en la entrada...
ResponderEliminarpero no todos los temas son disparates... no?
Eliminar¿Gatos, dices? ¡Por favor! Son paleocristianos.
ResponderEliminarY los ratones, las moscas y los lagartos
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