viernes, 1 de febrero de 2019

Juicios y prejuicios: ¿mi trato envejece a mis amigos?




La mayoría de mis amigos son mayores. Antes se decía con más acierto y menos piedad viejos. De ahí se podría deducir (porque la deducción inevitablemente también la practican los idiotas y no solo Sherlock Holmes o Darwin) que el trato más o menos frecuente y amistoso conmigo es tan tóxico que provoca el envejecimiento. Ya, ya: no son viejos porque sean mis amigos —ni causalidad ni casualidad—, sino que mis amigos suelen ser de mi edad más o menos, aunque no tan guapos; viejos como yo.

Vale, es un ejemplo ramplón, patatero para diferenciar una correlación de una causa-efecto, una causalidad. Sin embargo, las manifestaciones de numerosos políticos de este malhablado país —malhablado no porque blasfeme mucho o se suelten tacos, que también, sino por lo mal que hablan tantos de nuestros personajes públicos y especialmente los políticos— no hacen esa distinción, en unos casos por ignorancia, en otros por interés partidista o incluso por ambos.  Así que en lugar de mi banal ejemplo inicial (tranquilos, amigos, vais a seguir envejeciendo con un poco de suerte, me tratéis o no) pondré el de los inmigrantes. Entre nuestros políticos de derechas es muy usual señalarlos como causas y causantes de muchos efectos indeseables; cuando esos efectos y la propia inmigración están correlacionados, claro, porque vivimos en un mundo de mierda, pero unos sitios son más mierda que este nuestro que tantos no quieren compartir. Los prejuicios, ya se sabe, son lo opuesto de los juicios y del buen juicio.

7 comentarios:

  1. Lo contrario también funciona y no sólo lo usan ciertos políticos, sino también timos como la homeopatía: afirmar que algo es seguro porque no provoca cierta efecto indeseable, por lo que no cabe duda de que garantiza la paz, la salud o lo que se quiera. En Los Simpson lo expusieron bien en el chiste de la piedra que ahuyentaba tigres.

    https://www.youtube.com/watch?v=G9XDB9rTFWM

    P.D: Tengo una piedra por aquí muy curiosa y nunca he sufrido ataque de dragones... Por si a alguien le interesa...

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    1. Sí, llevas razón. De todas maneras, el efecto placebo existe; otra cosa es que no se conozcan bien sus mecanismos

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  2. Había un olivo hermoso y vetusto, lleno de nudos, con un tronco ancho dividido en varias ramas repletas de hojas desparramadas que creció y creció de forma espontánea, sin pertenecer a olivar alguno, y que, al decir de cierta gente, producía excelente fruto.

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    1. Y esos olivos, además, son los que amparan a los pájaros migrantes

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  3. Pero tú no eres tan mayor, ni tampoco tan tóxico. Y sí, soy Emma.

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    1. Todo depende de la escala con la que te compares.

      Bienvenida de nuevo

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía