miércoles, 21 de abril de 2021

Redes versus jerarquías: de los perroflautas del 15 M a Podemos

 

Esto que voy a relatar forma parte de mi pequeña historia personal e ilustra el dicho de que más vale llegar a tiempo que rondar un año, porque, en efecto, trataba de temas hoy llamados verdes o ambientales que la época no prestaba nada de atención, mientras que hoy sí lo son y de manera a menudo bastante más superficial. Hace tantos años que me da rubor mencionar cuántos, forme parte de un grupo ecologista (entonces ni siquiera se llamaban así, se prefería la expresión de Ecología política), en el cual estábamos un  grupo profesional adecuadamente variopinto de economistas, ingenieros y naturalistas. Uno de sus miembros, cuando llegaba el momento de tomar decisiones de actuación, hizo famoso su parecer con la frase de “disiento pero me adhiero”. La frase parecía un tanto paradójica, pero no porque disentir y adherirse sean necesariamente contrapuestas, sino porque nosotros éramos un grupo sanamente informal y aquella manifestación parecía más bien propia de una institución jerárquica, como la de un partido político, cosa que estábamos muy lejos de ser. Lo que éramos es una red, que nos daba una pequeña influencia (incluso conseguimos parar algún protecto público demencial), pero no una jerarquía, que es lo que da poder.

Emperadores, papas, reyes, generales, presidentes, gran parte del sentido que damos a ese pasado que llamamos historia tienen que ver con esas formas jerárquicas. Pero hay una pregunta que no suele hacerse: ¿y si eso fuera así porque han sido esos mismos jerarcas los que han creado los archivos históricos? ¿No estaríamos relegando y hasta omitiendo la influencia de redes de organización menos visibles pero igual de poderosas? Ese es el planteamiento de Niall Ferguson sobre el papel oculto de esas redes en la historia que van desde los masones a Facebook.

En esta Era de la Red del siglo XXI nos puede parecer que las redes sociales son un fenómeno nuevo, cuando no es así. Desde la imprenta y los predicadores de la Reforma a los masones que lideraron la Revolución e Independencia estadounidenses, fueron las redes de organización las que interrumpieron el orden establecido. De eso se trata y no de teorías conspiranoicas. Hay una continuidad entre el ordenador y el papel impreso, como la hay con las redes sociales. La propensión a la agrupación y la expansión son intrínsecas a todas estas redes a lo largo del tiempo. Pero sobre todo son propensas a interrupciones. Y eso nos lleva a inesperados paralelismos como Facebook o el Estado Islámico o el trumpismo.

A este enfoque lo ha llamado Ferguson La plaza y la torre, la reseña de la historia oculta de las redes de organización que han cambiado el mundo, que lo han interrumpido en su discurrir. Este enfoque es, como digo, un antídoto contra las teorías de la conspiración, pero también un desafío a la historiografía tradicional, que nunca ha prestado demasiada atención a estas redes informales de influencia.

Ya es un tópico considerar que vivimos en un mundo interconectado, llámese globalización o mundialización. Interconectado en red, término del que hoy creo que se hace un uso excesivo, está de moda, con los riesgos de banalización que eso conlleva. Redes… tan red es la que motiva la asistencia a una fiesta de un joven, que a lo mejor preferiría quedarse comodamente en casa, por temor a quedar fuera de juego, que el malhumorado maduro que alberga la idea de que el mundo está dominado por redes de banqueros, de judíos, de mafiosos, de masones, de Illuminati que promueven toda esa literatura que es un puro disparate. Pero cuidado, esas teorías de la conspiración no serían tan persistentes si tales redes no existieran en absoluto.

Lo que creo que ocurre es que esos teóricos de la conspiración malinterpretan y tergiversan la forma cómo funcionan las redes. Porque tienden a presuponer una serie de redes elitistas que controlan de forma encubierta las estructuras formales del poder. Pero podría ser que fuera al revés: las redes informales son ambivalentes y a veces hostiles con las instituciones establecidas. Y los historiadores siguen centrándose en las instituciones que crean y conservan archivos, lo que es lógico. Como si las redes informales, al no dejar tras de sí un rastro ordenado de papeles no hubieran existido. La tiranía de los archivos oculta que muchos logros de la historia fueron causados por grupos de personas que no dejaron tras de sí un rastro documentado porque eran organizados de forma informal. Piénsese en el movimiento del 15 M y su conversión en un 'nuevo' partido político. Representa el paso de una red informal y pujante del tipo señalado a una institución, un partido, que por más que se presentara como novedoso era una inevitable repetición de lo ya habitual, de ahí el auge y caída de Podemos, y del paso de una red a una jerarquía habitual, Pablo Iglesias a la cabeza.

La historia puede entonces verse como un flujo y reflujo en el que se distinguen largas épocas en que las estructuras jerárquicas dominaron las vidas humanas y breves periodos, raros pero más dinámicos, en que redes informales llevaron las de ganar. El viejo debate entre poder e influencia. La jerarquía da poder a cambio de sumisión, las redes a veces influencia por interconexión.

 

1 comentario:

  1. Estoy leyendo "The origin of wealth" de Eric Beinhocker y alli encuentro una idea complementaria a lo que decis: Para prosperar las organizaciones deben hacer un equilibrio entre extraer el sustento de las situaciones existentes y descubrir nuevas situaciones potencialmente alimenticias. La primera acción es ganadora en condiciones de cierta estabilidad donde hay beneficio en minar nichos y es eficiente en el uso de recursos porque la organizacion aprendió a seleccionar la paja del trigo. El descubrimiento es una actividad mucho mas riesgosa, generalmente infructuosa y con mucho desperdicio, pero es inevitable para adaptarse a situaciones radicalmente cambiantes.
    La jerarquia, con sus reglas y su historia es una manera adecuada de administrar organizaciones grandes. Sabe como enseñar a los nuevos, como premiar las acciones utles, o desalentar las perjudiciales.
    La cultura, y dentro de ella, las redes de contactos y conocimientos son mucho mas efectivos en la labor de exploración y descubrimiento. las redes homogéneas tienden a ser caóticas a partir de cierto tamaño, y tienden a parar en un "grinding halt".
    Podemos concluir que la tensión entre ambas formas de funcionamiento existe y esta en la raiz de las cosas. El autor propone algunas maneras de articular ambas acciones, pero son mas una guia general que un detallado plan de accion
    Chofer Fantasma

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía