jueves, 9 de enero de 2020

Al habla un negacionista (rarito) del ‘Cambio’ Climático



En estos tiempos de unanimidades exigidas, de estás conmigo o contra mí, puede que a mi algunos me consideren un ‘negacionista’ del mal llamado cambio climático (1). Y entrecomillo negacionista porque ese término acuñado para definir a los que niegan un hecho histórico, el Holocausto nazi de millones de judíos, gitanos, gais y demás, no me parece que pueda extenderse, por mucho ánimo peyorativo que se destile, a las teorías e hipótesis científicas, en cuya esencia va incluida la falsabilidad. Existe obviamente un calentamiento global del que es responsable ‘en gran parte’ el incremento de gases de efecto invernadero (un efecto en principio benéfico que permite la existencia de agua en sus tres estados en la Tierra y, por ende, de la Vida) y en especial de CO2; como es bastante obvio que ese incremento se debe ‘en gran parte’ a la quema de combustibles fósiles por parte de la actual Humanidad. Pero hay muchas incertidumbres, sobre todo a la hora de regionalizar los modelos y consiguientes pronósticos, y de atribuir la función de otros factores, como la propia actividad solar que parece que se está incrementando.


Los mal llamados negacionistas son gentes poderosas y con poderosos intereses en mantener el status quo actual y después de ellos, nunca mejor dicho, el diluvio. Los Donald Trump y demás. Puede que haya además mucha ignorancia convertida en desdén (quizás más como pose). De igual forma que disimulan la codicia como laboriosidad. Pero la gentuza que cree que el ocio el jugar al golf y hacer en tanto esos negocios que ellos llaman ‘operaciones’ como si de cirujanos se tratasen, son sólo depredadores a su más ínfimo nivel, el del parásito. 

Si el ecologismo no ha tenido aún el consenso del feminismo se debe a su inmadurez. La mayoría de los ecologistas no son como las sandias, verdes por fuera y rojos por dentro, como alertaba un derechoso político bávaro de los ochenta del pasado siglo. Ojalá. De hecho deberían (deberíamos) ser como los tomates, verdes al inicio y rojos al madurar, porque el destructor del medio ambiente (otra dichosa redundancia) y el apropiador de la plusvalía del trabajo de los más es el mismo agente social. El ecologismo debe dejar de ser un asunto sentimental y no poner la carreta delante de los bueyes, sino al revés, el conocimiento, los bueyes, delante de la acción, el ecologismo. Y más en asuntos tan intrínsecamente complejos como el del calentamiento global.


Aprender consiste en esencia en terminar considerando lo extraño como familiar, pero aún más interesante es aprender a considerar lo familiar como extraño, como hacen los buenos artistas o los poetas. Nadie parece reparar en que lo que es norma en nuestras tierras mediterráneas, que en el verano coincidan las altas temperaturas con las escasas precipitaciones —y a eso se le llama clima mediterráneo— no es lo general en otras latitudes. Pero ese clima mediterráneo no es exclusivo de las tierras ribereñas de este mar, sino también, por ejemplo no casual, del occidente australiano donde se están produciendo los presentes y pavorosos incendios en este su verano austral.


El mundo es complejo y todos los problemas relevantes también. Por ello me siento disidente de tanta simplificación unánime, del laminado de matices, de la eliminación de la creativa duda sistemática, de las respuestas simplistas, de las soluciones sencillitas, de las nuevas juanitas del arco, que nada me enseñan (aunque a muchos puede que sí), salvo el afán de las masas por crear ídolos a los que aclamar. A mí la complejidad y mi incurable curiosidad me animan a instalarme en la disidencia. Y no olvidemos que las élites, o si se prefiere, El Poder, no quieren compartir en conocimiento real y que el capitalismo conspira contra ese conocimiento, contra la auténtica educación y, en consecuencia, contra la igualdad.


Mientras aguardo a que maduren el común de los ecologistas y se den cuenta que la lucha por defender las condiciones de vida de las futuras generaciones, esa solidaridad temporal, pasa por la lucha por las desigualdades geopolíticas y sociales presentes, por esa solidaridad espacial, porque son la misma lucha. Lo demás es simple y lamentablemente abrir nuevos mercados y oportunidades de negocio a lo verde, desde el consumo a los mercados de carbono, como bien sabe ese desfachatado sinvergüenza de Al Gore (La administración Clinton-Gore se negó a firmar el protocolo de Kioto).


De momento lo que detecto son los intentos de retrasar la industrialización de las nuevas potencias emergentes y así mantener la hegemonía de Occidente unas décadas más; cambiar el modelo energético global para alterar las relaciones geopolíticas y conseguir que nuevos actores se hagan fuertes en uno de los mayores mercados mundiales y… ganar fortunas con el mercado de bonos del carbono. Finalmente, como siempre, convencernos de que lo mejor, lo que hay que conservar es lo que ya tenemos y que no hay nada más peligroso (para los de arriba) que el cambio. Y si queremos hablar de cifras y de que los más perjudicados por el calentamiento ya lo son por el hambre consuetudinaria, aquí va esta: los 500 millones más ricos del mundo —ese siete por ciento de la población— produce el 50 por ciento del CO2. Y el 50 por ciento más pobre —esos 3.500 millones de los que no habla Greta Thumberg— producen… el 7 por ciento.


Por cierto y último, el tiempo siempre estuvo loco, como saben los viejos campesinos, así que llamar cambio climático es como llamar gordas a las ballenas o a las pobres vacas y sus pedos. Existe, por supuesto, una forma de luchar eficazmente contra el calentamiento global, reduciendo drásticamente las emisiones del efecto invernadero: cambiar radicalmente nuestras formas de vida, de producción (ilimitada en un planeta finito, vaya forma de echar cuentas la de la mayoría de los economistas que venden ideología disfrazada de ciencia) y consumo, primero en los países ricos y a continuación en los demás. Pero es que nos hemos acostumbrado a pensar que el capitalismo es tan inevitable como la gravedad o, mejor aún, como la expansión del Universo.



(1). En 2002 un experto en comunicación política, Frank Lunz escribió unas recomendaciones sobre el tema entonces emergente para la Administración Bush y sugirió que debería dejar de hablarse de calentamiento global, que suena muy mal, y cambiarlo al más inocuo de ‘cambio climático’, “porque suena mucho menos catastrófico y aterrador”

5 comentarios:

  1. Hay demasiada hipocresía en los "ambientalmente responsables"(AR). Nadie de ellos dice abiertamente que preferirían un consumo de energia per cápita (y de todo,ya que estamos) equivalente al que teníamos en el Siglo XVIII. Donde nos moríamos a los 40 y los más acaudalados tocaban música de cámara para divertirse.
    Como ese luddismo extremo es políticamente incorrecto, prefieren evitar el tópico y la ponen a la buena de Greta a poner cara de preocupada mientras viaja desde USA a Europa en velero...
    La concentración de riqueza, como Piketty nos alerta, ya la hemos visto cuando España se volvio rica en el siglo XVI, que se dedicó a guerrear por toda Europa patinándose los maravedíes en mercenarios e hizo ricas a Génova, Amberes, Florencia y cuatro ciudades más.
    O cuando Inglaterra lanza la segunda revolucion industrial, la de lss máquinas de vapor y los ferrocarriles, donde todos los ricos estaban cerca de la square mile.
    No creo aventurado esperar los mismo de un momento donde ha habido una explosión informatica, donde la capacidad analitica es indispensable(anda a explicar a tu tío Higino lo que es un algoritmo), donde las cosas se desmaterializan, una empresa como Tesla vale lo mismo que GM y Ford juntas, y uno de los más ricos de España es un tendero.
    En todos los casos: cual fue la solución? habitualemten un gradual derroche de los enriquecidos, un aprendizaje de los avispados a hacer su propia pasta, y ¿como decirlo de manera escueta? unos politicos que entienden que donde hay fortunas hay una oportunidad de justicia social.
    Hola, hermanos! somos 7000 millones de seres que deseamos ver Netflix y todos aspiramos a tener un PhD y vacaciones al sol, si se puede.
    Estos grupos AR nacieron en la guerra fría, donde hacer simulacros de ataque nuclear era un tema cotidiano. Un grupete de excursiones de nucleos de reactor (los más resonantes: Three mile Island, Chernobyl y Fukushima) los convencieron de que "el plutonio es para siempre" y que con la energía nuclear no se jode...
    Haceme la caridad! es como si hubiéramos prohibido la máquina de vapor dada la pérfida costumbre que tenian de explotar las calderas en el siglo IXX.
    Entonces...a los vientos y al sol. No está mal, pero debe quedarnos claro que las neciones que se lanzaron en ese camino (P.Ej. Alemania) pagan la energía bastante más cara que los franceses, que no lo hicieron y confían en sus nukes. Para los gabachos la pasta es cosa seria, nada de esas monsergas eglógicas a las que parecen ser sensibles los hijos de Wagner.
    Yo veo que estamos en el medio de un cambio trepidante, que probablemente las soluciones al calentamiento atropogénico serán hechas por el hombre, así como los males de los antibióticos no se solucionan dejando de usarlos. Hay que aprender a usarlos bien.

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    1. Bueno, cuidado con lo caro y barato de la energía. Si, por ejemplo, la energía nuclear es 'barata' se debe a que transfiere sus enormes externalidades, que deberían estar incluidas en la factura, no sólo al resto de la sociedad sino a las futuras generaciones durante miles de años. Por ejemplo

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  2. Si Lansky. Pero Greta y sus amigos no añaden al costo de las renovables solar y viento, los costos de mantener en reserva centrales (habitualmente térmicas) que suplen el pico de consumo desde las 18 a las 22. Si estuviéramos dispuestos a no tener energia con suministro constante ok, pero si no, a sumar el costo. De hecho, Alemania ni siquiera ha reducido de manera muy dramática su uso de energía térmica fósil, pues el apagón nuclear no pudo ser suplido con renovables enteramente.
    El Plutonio es para siempre, vale, si se elije dejarlo en una pileta. Pero si usamos el Pu para producir energía en reactores fast breeders, o en travelling wave, o en ractores de ciclo de Thorio, ya no dura tanto.
    La repulsa a los ditirambos de la época de "mi amigo el átomo" mientras se hacían simulacros de ataque nuclear en las escuelas dejó la investigación en esos reactores en el freezer. USA no hace reprocesamiento de Pu, para evitar la proliferación, cuando es sabido que el Plutonio sobrequemado no es de usable en bombas.
    Pero no quiero dar la impresión de que propongo one size fits all.
    Hay que trabajar mucho en hacer eficiente el consumo, desde energía a alimentos pasando por envases. Ojo, alli hay mucho valor para agregar, es una low hanging fruit.
    Y hay que trabajar mucho en secuestrar la mayor parte del CO2 que nos fumamos. No sería demasiado Carbonato de Calcio o Magnesio, demasiados árboles, demasiados campos de algas o demasiado carbon organico almacenado en suelos de cultivo. Todo eso puede ser hecho con tecnología que tenemos, usando dinero que hay.
    Y claro tambien hay que poner molinos, aun si fuera en nuestro patio, y paneles solares, y baterías. De paso: ¿has pensado lo que significaría tener algunos cientos de millones de autos eléctricos con 75 kWh en baterias cada uno haciendo trading de energía autónomamente? Podrían llenar el valle de las 11 a las 17, para comerse el pico de las 18 a 22.
    Cuando hiciste todo esto, también podrías tener algunas nukes de diseño modular e intrisecamente seguras. ¿Porqué no?

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  3. Perfectamente explicado. Mira lo que dijo Gracián hace 350 años: "Ahora todo está maleado, todo mudado, hasta los climas".

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía