lunes, 10 de julio de 2017

El Imperio Austrohúngaro y la España plurinacional.



El Imperio austrohúngaro era obviamnte plurinacional: básicamente Austria y Hungría, se reconocía explícitamente el Reino de Hungría, de ahí su nombre, pero incluía también territorios que actualmente ocupan Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, aparte de ciertas regiones de Serbia, Montenegro y el Trentino y Triste de la actual Italia. Fueron los nacionalismos, junto a la debacle de la Primera Guerra Mundial, las que disgregaron ese imperio y crearon las naciones.

Ahora hay quienes afirman que España es un Estado plurinacional, como el Imperio Austrohúngaro, y naciones (¿o nacionalidades?) como Cataluña o el País Vasco las que quieren independizarse reivindicando el nacionalismo romántico y decimonónico. Lo cierto es que todas las naciones europeas, desde Francia a Italia son en el mismo sentido que España Estados plurinacionales, nada nuevo, salvo que Bretaña o la Padana no se consideran viables como estados independientes.

Ahora El PSOE de Pedro Sánchez reivindica también esa plurinacionalidad, como se reivindica de izquierdas u no de centro izquierda. ¿Brindis al Sol? ¿Deseos más que realidades? ¿Tácticas o estrategias? El tiempo lo dirá. Es curioso que no se reivindique con el mismo empuje un concepto mucho más progresista y en el fondo moderno que es el de ciudadanía, aunque se admite que la soberanía reside en el conjunto del pueblo de esa nación de naciones. Y se advierte además que esas naciones dentro de la única nación soberana son ‘culturales’, con sus singularidades, no políticas. ¿Nos hemos movido o estamos en el mismo sitio?

Los asuntos que importan son otros, aunque relacionados. La igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y en derechos y deberes; la reforma del Senado como cámara territorial, que es lo mismo que decir útil; los mecanismos de cooperación y compensación entre territorios para cumplir la primera demanda de igualdad señalada; los sistemas fiscales y de financiación; la protección (si es que no están ya suficientemente protegidas) de las identidades culturales.

La verdad es que España no debería acabar como el Imperio Austrohúngaro ni se espera una Gran Guerra. La historia se repite, la primera vez como tragedia, la segunda como forma de farsa. Lo dijo Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte. Pero las supuestas víctimas, los catalanes, en cualquier caso y de no triunfar en sus aspiraciones, quieren ser trágicos, pero puede que sólo sean esperpénticos, con permiso de don José María del Valle Inclán. Entretanto, no nos movemos del sitio ni los catalanes, como algunos creen, habitan una epopeya como la Odisea, sino El Ruedo Ibérico, en plena corte de Isabel II, o del Imperio Austrohúngarocatalán.

2 comentarios:

  1. Cuando, hace tiempo, los independentistas gallegos presentaron un alegato en pro de la independencia gallega, pusieron como razón el reino de los suevos que existió en el siglo V. No mucho después, Pérez-Reverte se hizo eco de de esta reivindicación, asegurando que ese reino nunca existió (¡Valiente experto en historia!).

    A mí ambas partes me produjeron entre vergüenza ajena y bastante risa. ¿Qué país, según ellos, no está compuesto, como dices, de diversas nacionalidades? Cualquiera diría que creen que, un buen día, los habitantes de un terreno bastante extenso se levantan y dicen "¡Hale! ¡Vamos a fundar un país!". Para mal de los recién conquistados, y a veces para bien de las generaciones futuras, los países se han construido normalmente bajo conquista militar, a veces seguidos de reformas políticas más o menos agresivas que acaban homogeneizando, entre otras cosas, lengua y cultura, aunque queden restos de la antigua cultura local. Así que eso de nacionalidad "cultural" sobra porque casi es un pleonasmo, aunque a estas alturas de la vida uno está condenado a ver la palabra "cultural", como su antónimo (o quizás contraparte) "natural" empleadas por todas partes sin que venga al caso.

    A mí siempre me ha gustado hablar de "la galaxia catalana", como pusieron de moda en un programa de humor por el parecido entre Jordi Pujol y el maestro Yoda.

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    1. Bueno, los suevos... mucho antes, en Atapuerca se descubrieron los esqueletos de los antecesores de los neandertales y un poco más abajo el de los hijos de Julio Iglesias; ahora se sospecha que todos, catalanes incluidos, somos hijos del cantante.

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía