miércoles, 27 de septiembre de 2017

Dilema catalán





"Es español quien no puede ser otra cosa"
 «Con la Patria se está, con razón y sin ella...».
Antonio Canovas del Castillo

Una urna se puede convertir en un acuario y un código legislativo en alimento para ratones. Para unos la esencia de la democracia es votar, para los otros la esencia de la democracia es cumplir las leyes y respetar las reglas. Un diálogo de sordos sin auxilio del lenguaje de signos, porque en la situación actual, para unos votar es incumplir las leyes y saltarse las reglas y para los otros cumplir las leyes es impedir votar. Ambas son posturas tan falaces como irreconciliables. Votar no siempre es democrático; las dictaduras son proclives a realizar referéndums de sus regímenes como supuesta forma de validación; votar es democrático dependiendo de qué se vota y con qué garantías se hace esa votación. Por otra parte, cumplir las leyes injustas no es de recibo, las leyes son justas si han sido avaladas por parlamentos libres con mayoría suficiente, por tanto, no lo son las de las dictaduras. Una forma de resolver el problema es decidir —y así volvemos a la primera casilla— cuál de las dos posiciones no es democrática sino un régimen autoritario. ¿Es democrática Cataluña? ¿Es democrática España? En principio ambas sí, puesto que sus mandatos han derivado de respectivas elecciones libres. Pero cabe la posibilidad de que la Cataluña democrática esté actuando antidemocráticamente al incumplir las reglas y leyes, y que la España demócrata esté actuando antidemocráticamente al impedir el derecho al voto con tan “sólo” la exigencia del estricto cumplimiento de las leyes y reglas vigentes.

Cuando para muchos se hace difícil vivir dentro de la ley, como en toda dictadura, es la ley y no la gente la que se equivoca y por tanto debe cambiar. ¿Los catalanes ya no pueden vivir dentro de la ley de España? ¿España no puede cambiar las leyes que impiden a los catalanes vivir dentro de dichas leyes?

Tras una larga vida dedicada al estudio y divulgación del reino animal, le preguntaron a David Attenborough cuál era para él la criatura más asombrosa sobre la Tierra, y respondió: "La única criatura que me ha dejado tan boquiabierto que, por mucho que lo intento, no puedo parar de observarla, es un bebe de nueve meses. El ritmo en que desarrolla su sistema nervioso. Es la más compleja de todas las criaturas. Nada puede compararse con ella". A diferencia que otros animales, un niño aprende velozmente el lenguaje articulado y hacia los tres años emplea de media unas mil palabras; hacia los seis años, unas trece mil y a los dieciocho, unas sesenta mil. Diez palabras nuevas en promedio por día desde su nacimiento, una palabra nueva cada hora y media durante el tiempo que permanece despierto. El lenguaje es el atributo exclusivo del ser humano, el que nos hace humanos. Pero el lenguaje desde su origen hace unos cien mil años sirve para dos cosas antagónicas en parte: para comunicarse y cooperar dentro del propio grupo, rechazando a los grupos rivales, y para comunicarse con grupos distintos evitando la confrontación. Como la democracia, la libertad de expresión puede existir, pero servir una sola de esas funciones. En el caso del conflicto catalán sólo está sirviendo para lo primero, rechazando “Cataluña” los mensajes del resto de España y rechazando los catalanes partidarios de la independencia al resto de los catalanes que no lo son. Y viceversa en el resto de España.

El diálogo deja de ser de sordos cuando se crean las condiciones  en las que sea posible ponernos de acuerdo sobre cómo discrepar. El conflicto existe, aunque haya sido exacerbado por intereses espurios, pero debemos esforzarnos en entender a la opinión opuesta. Puede que así nos sorprendamos al alcanzar conclusiones casi compatibles en posturas que creíamos irreconciliables, aunque lleguemos a ellas por caminos distintos y desde puntos de partida distantes.

El problema es que en ambos bandos no existe esa voluntad “Usted cree eso, yo creo esto; no tiene sentido gastar saliva sobre el tema” o bien: “Usted se equivoca, yo tengo razón; luchemos a muerte”. O el más ecléctico: “ustedes háganlo a su manera ahí, nosotros lo haremos a la nuestra aquí; no hay más que discutir”. Es la postura de los fanáticos, violentos o más pacíficos,  los de mente cerrada o la de los poderosos. Y me temo que es la que está triunfando por el momento. Hablando no siempre se entiende la gente, depende de si tienen voluntad de entenderse; lo más común, por desgracia, es que se entienda la gente dentro de su grupo, pero no entre grupos rivales.


6 comentarios:

  1. Y además son contradictorios. Decía un amigo mío el otro día que lo que más le sorprendía del conflicto de Cataluña es que ciertos cabezones "patriotas" les gritaban a los catalanes: "¡Os jodéis! ¡Sois españoles!". O sea, ¡ser español es un castigo, algo por lo que sentirse jodido!

    ¡A ver si va a ser que en realidad quieren camorra!

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    1. ¡Qué incoherencia!

      De todas formas, lo que cuenta es la intención, que es la de insultar, aunque sea de forma absurda.

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  2. En estos tiempos de ghetto perceptual el estado-nacion se ha vuelto dificil de asir. Vivir cerca, dentro de ciertos limotes geográficos, no significa demasiado, ya no compartimos la lengua, la alimentación, la música o los lugares de veraneo con nuestros connacionales.
    Quizas se pueda empezar a tratar el tema Cataluña explicitando unos y otros que significa ser autónomo. Así se podría ver donde están los más relevantes puntos en conflicto. Por ejemplo: deseamos conducir por la izquierda, deseamos hablar solamente Croata, deseamos que la jubilacion la pague un instituto Uzbeko de seguridad social...
    Cuando se habla de referendum, de patria y otras palabras altisonantes, sólo podemos asegurar monólogos simultáneos.

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  3. Plantear el actual conflicto catalán en términos de democracia - cumplimiento de ley es, a mi juicio, una cortina de humo, una estrategia dialéctica (y sofista) para llevar la discusión a un ámbito mentiroso y, sobre todo, hipócrita. Sin embargo, ya ha calado lo suficiente para justificar el victimismo del independentismo y esa pretensión de oprimidos que luchan por una causa justa. Lo triste es que muchos, probablemente la mayoría, se cree el discurso. Viene a cuento, a este respecto, una frase con la que hoy mismo me he topado en la novela de Julian Barnes que estoy leyendo estos días: "el más entusiasta compañero de cama del patriotismo es la ignorancia".

    Ese "buenismo" de los independentistas (los cargos oficiales) llega a ser irritante de tan hipócrita. Como si creyeran que en algún lugar del mundo un Estado puede permitir que una región se escinda en contra de la Ley y, además, sieguiendo siendo amigos. Claro, es que somos dos pueblos y ahora nos toca seguir caminos diferentes.

    No hay pueblos, desde luego, sino individuos. Pero, junto a lo que he dicho, también pienso que si los individuos de una entidad político-administrativa (Cataluña) pasan a estar en un porcentaje muy mayoritario en contra de su pertenencia a un Estado, eso no es soportable en un régimen democrático (con Franco, aunque ahora lo nieguen, la gran mayoría de los catalanes estaban a gusto). Y esa es la estrategia del independentismo catalán: no tanto obtener la independencia (ahora), sino aumentar el porcentaje de independentistas hasta una tasa en que no quede más remedio que modificar la Constitución para reconocer el derecho de segregación.

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    1. Estoy básicamente de acuerdo contigo. Tú te retrotraes al tema de fondo anterior que ya hemos tratado ambos, sobre todo yo en varios post sobre el nacionalismo. 'Pueblo', 'nación', 'independencia', 'autodeterminación'(para una zona que no está sometida a un control colonial por parte de ninguna metropoli), etc., son conceptos que rechazo y, por tanto, rechazo tales motivaciones declaradas (otra cosa son las motivaciones reales de los que dirigen este cotarro). Veo a una ciudadanía enajenada por las consignas de sus dirigentes, sin mayores reflexiones que las emocionales (con las que hay que contar), o dea, salvando las distancias, es como si los dirigentes nazis solo fueran los responsables del genocidio y se excluyera a toda la masa alemana que se vio subyugada por aquellos. De todas formas, la intención de este post era más simple: señalar que no hay diálogo o es de sordos, o, como señala Chófer, que son monólogos.

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía