martes, 10 de noviembre de 2020

Un servicio que funciona admirablemente en España

 

A ver, no deja de llamarme la atención la cantidad de gente pública, que no público en general, que habla en nombre de España, para lo cual, es de suponer, tendrán que comunicarse con ella. Algo así como los papas de Roma, (y hasta en su tiempo los de Aviñón y hasta el de Peñíscola, aunque éste dicen que fue antipapa en un momento curioso en el que hubo tres simultáneamente, papas y antipapas). Pero no quiero liarme, decía que los papas, pongamos que los de Roma para buscar consenso, de vez en cuando entrarán en comunicación con Dios y así saben lo que piensa y pueden decirnoslo al resto de los meros mortales. 

No es algo exclusivo de España, que yo me la imagino como una señora de buen ver, algo oronda; aunque es posible que la confunda con su pobre prima la República. Últimamente se lleva mucho hablar en nombre de Cataluña, o del pueblo catalán, y en cualquier caso subsiste el misterio de la comunicación con dicho ente, sea este Cataluña, España o el mismísimo Dios. Pero entre mis amigos y simples conocidos no hay nadie que haya podido hablar con España (ni con Cataluña, ni si me apuran con Dios, lo que en el fondo me daría algo de repelús). Carezco pues de testimonios directos que otros sí parecen tener.

Subsiste el misterio de ese puñado de afortunados que se comunican con España. Y hay más misterios en este país que algunos nos empeñamos en seguir llamando España, aunque sólo sea por abreviar y gusto por lo simple, lo conciso y lo escueto, aparte de que lo de 'Estado Español' se lo inventaron los de Franco con calculada ambigüedad para no tener que hablar de monarquía, mucho menos de república y no digamos de dictadura. Cuando al corretear por la ciudad y con ropa deportiva de marca (deportiva) se le llamaba Footing (estoy hablando de mediados de los ochenta del pasado siglo, momento en el que yo también podría haberlo hecho de haber querido, que no), Manuel Vázquez Montalbán, al que tanto echo de menos, se preguntaba quién se encargaba de retirar los presumibles cadáveres de las cunetas, porque ni él ni yo ni casi nadie nos tropezábamos con ellos. No hay más que verlos: se vienen hacia uno, sin mascarilla por supuesto, faltaría más, echando el bofe, todo un tufo de aerosoles contaminantes, la cara descompuesta y el cuerpo descoyuntado, porque muy pocos de hecho saben correr, esa habilidad que todos tenemos de niños la perdemos salvo que seamos auténticos deportistas, las caderas bamboleo, bamboleo, como un barquito a la deriva y las piernas… ay, las piernas intentando afanosamente lo que no consiguen los pulmones: respirar a la vez que se mueve el resto del cuerpecillo o el corpachón, que de todo hay.

A mi paso, pienso que mucho más airoso, de peatón sin más, los veo a punto de desplomarse. Y qué penita dan cuando piensan que nadie los mira y se paran agotados, acunando su doloroso flato, doblados sobre sí mismos, las manitas en las caderas, y es entonces, supongo, cuándo se dejan caer muertos. El muerto más ilustre dentro del gremio es el de James Fixx, teórico y publicista del asunto, cuyo cadáver fue encontrado, creo recordar, en Central Park. Pero la mayoría de sus émulos no son encontrados, al menos por los peatones corrientes como yo, y eso que voy mirando y me fijo mucho. De lo cual deduzco, como sugería MVM que en paz descanse y al que tanto echo de menos, que existe un servicio de recogida sigilosa de los que mueren de tanto footing. Y eso tengo que decirlo. Otras cosas no, pero este servicio de higiene urbana, y no hablo de correr sino de la recogida de corredores que perecen, funciona admirablemente en España.

 

3 comentarios:

  1. Que bueno haber conocido al gran Vázquez Montalbán.

    Yo todavía salgo a correr de vez en cuando. No soporto los gimnasios, así que si quiero hacer un poco de ejercicio salir a la calle a dar saltitos es una buena opción. Cada vez lo hago peor y de manera mas esporádica; así que si tienen que recoger mi cadáver espero que lo traten con cuidado.

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    1. Pero, ¿por qué quieres que traten tu cadáver con cuidado? A tí que más te da.

      Un conocido mío, traumatólogo, me dice que correr en la mayoría de los casos, salvo para lo que saben hacerlo o son muy jóvenes,es muy dañino para articulaciones, cartilagos, tendones, huesos y demás arquitectura esquelética por el golpeteo y percusión contra el suelo. Pero seguro que tu sabes

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  2. Ya te digo. Tengo los meniscos a trozos. Pero soy muy cabezota y me cuesta dejar de hacer lo que he hecho siempre.

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Ansío los comentarios.Muchas cabezas pueden pensar mejor que una, aunque esa una sea la mía